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martes, 18 de septiembre de 2012

Tratamiento de la Adicción Sexual

Sufres de Adicción Sexual si:
.- La actividad sexual que desarrollas es obsesiva
.- El deseo sexual que sientes es imperioso, con inmediatez, y está fuera de tu control
.- A la necesidad de vivir el acto sexual, a ese impulso imperioso, esa euforia sexual, debes responder de inmediato con el acto sexual, no puedes utilizando la razón, tu autocontrol, tu voluntad “renunciar a él” postergándolo.
.- Ese estímulo, pulsión, necesidad, “deseo” únicamente puede tener como respuesta distintos modos o maneras de dar rienda suelta a la tensión sexual, tales como:
  • Masturbarte
  • Ver pornografía y masturbarte
  • Repetidas relaciones sexuales
  • Buscar profesionales del sexo
  • Voyerismo (ver a otros en el acto sexual) 
  • Etc.

Cada uno de estos modos de expresión sexual vividos en forma reiterada y sostenida en su frecuencia en el tiempo.
Es una adicción, por eso es que sientes desde tu mente la necesidad, el impulso y el deseo imperioso de repetir una y otra vez la liberación de esos químicos que desde tu cerebro buscan lograr la estimulación-liberación y por eso es que en el acto sexual mismo no hay “contacto” con el otro, en el sentido de que la otra persona no “existe”, no es tenida en cuenta, y por eso también es que ni bien se ha acabado el acto, recuperado el organismo, hay nuevamente la necesidad de volver a repetir el acto.

La persona adicta al sexo sufre por esto, se da cuenta de que lo suyo “no es normal”, no lo quiere y quiere que deje de producirse así, en su interioridad realmente anhela la conexión con el otro, la vivencia sexual compartida y disfrutada de a dos, y si bien puede amar a la otra persona, en lo sexual no hay la posibilidad de que la otra persona le acompañe en intensidad y frecuencia, por esto es que en muchos casos produce rompimientos de parejas, alejamientos del cónyuge, llegando a asustar al otro, y también a producir sentimientos encontrados de amor-odio, producto de que el adicto al sexo no acepta un no por respuesta; y como el sexo debiera formar parte de un acuerdo de dos para ese disfrutar compartido, cuando se tiene la imperiosa necesidad que ésta adicción marca, el no no se acepta y se busca en otro u otra la respuesta sexual; hasta que la persona queda sola y termina buscando siempre en compañeros ocasionales la satisfacción de su deseo sexual.

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